lunes, 4 de abril de 2011

LEY FURIA

LEX FURIA

Todo poder político constituye una inevitable fuente de privilegio por eso se ve obligado a crear su propio aparato burocrático y coercitivo, indispensable para toda autoridad que quiera mantenerse, mandar, ordenar y en conclusión gobernar.

Como lo diría Maquiavelo “ Todas las denominaciones que han ejercido y ejercen sobre los hombres han sido y son repúblicas”

El concepto del buen gobierno es ilógico y demagógico ya que un gobierno por su naturaleza es realmente ejercido solo por un grupo de hombres muy reducido en el centro, los núcleos políticos y autoritarios de los partidos “ …la masa ignorante y profana debe ser armada y tratada según Dios, es decir, gobernada y subyugada por una minoría de santos que, de una manera o de otra, Dios no deja nunca de elegir él mismo y establecer de manera privilegiada cumplir ese deber”.

Los santos sacrifican sus intereses  y descuidan sus propios asuntos, consagrándose a la dicha de sus hermanos menores:
“… El gobierno no es un placer sino un penoso deber; no se busca en satisfacción, ambición, vanidad, o auidez personal; es la ocasión de sacrificarse en el bien de la nación.
Esa debe ser la razón por lo cual el número de competidores oficiales sea pequeño y que los santos acepten el poder con disgusto”.

Como todo gobierno era inevitablemente una situación privilegiada para quienes lo ejercen, legitima la desigualdad en toda la sociedad y garantiza el poder de explotar; base y finalidad necesaria. Gobernar, así sea por principios morales o científicos, es un acto de explotación, desde el punto de vista histórico, como practica.                      

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